Rodo Padilla, es un artista originario de Tlaquepaque, Jalisco, México, que ha dedicado su vida a la cerámica y a las artesanías, un legado transmitido por su padre. Después de obtener su título en Ingeniería Industrial en la Universidad de Guadalajara, se especializó en materiales y diseño cerámico en Tokio y Nagoya, en Japón. También tomó clases de diseño en Buenos Aires, Argentina, y en Faenza, Italia.

Padilla es un escultor renombrados en el campo de la cerámica de alta temperatura. Ha inventado y creado personajes con sobrepeso a los que llama “Los Gorditos“. Su trabajo, lúdico y expresivo, captura las emociones, el carácter y los sentimientos de los mexicanos y de la cultura del país. Pero mucho más allá de eso, extraerá de cada uno de nosotros el recuerdo de la infancia, su maravilla y su capacidad para alegrarse a cada instante.

“Mis gorditos son el resultado de tomar las formas geométricas y orgánicas (la esfera, el cono, el óvalo, la gota de agua, la pera, el frijol, y otras más) para expresar la vida cotidiana de un mexicano, como yo lo veo: sencillo, amable, amoroso, alegre y trabajador.”

A pesar de haber sido formado en diferentes partes del mundo, Padilla siempre ha valorado las técnicas artesanales ancestrales de su país y disfruta reflejar el aspecto espiritual de su cultura mexicana en sus creaciones.

Cada una de sus piezas es realizada con pasión y dedicación, utilizando técnicas artesanales tradicionales como el moldeo a mano. Las esculturas a menudo mezclan arcillas de diferentes regiones de México, a veces combinando varias arcillas según la forma o la escultura que se va a realizar.

Las creaciones de Padilla son ampliamente reconocidas y premiadas. Entre sus numerosas exposiciones y distinciones, se incluyen los cinco primeros lugares en el Premio Nacional de Cerámica en Tlaquepaque, el Premio de Escultura en Art-Expo de Nueva York, así como la exposición “De los niños es el reino de los cielos” en el Instituto Cultural Cabañas en 2012.

Padilla también es reconocido internacionalmente por sus esculturas en cerámica y bronce que representan los derechos fundamentales de los niños, expuestas en el museo “Trompo Mágico” en Guadalajara, Jalisco. Actualmente, es el Presidente del Premio Nacional de Cerámica. Sus obras también se han exhibido en aeropuertos y destinos turísticos como la Riviera Maya. Cada una de sus piezas, moldeada con amor y cuidado, refleja sentimientos, actitudes y personalidades, capturando la esencia del pueblo mexicano a través del arte de la cerámica.