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Biographie
Biography
Biografía
Este artista plástico autodidacta crea composiciones transparentes, hechas de insectos naturalizados y objetos cotidianos.
Nacido en 1959, Jean-Luc Maniouloux creció en el sur de Francia. Al llegar a la edad adulta, decidió estudiar publicidad y se trasladó a París, ciudad que nunca dejó y donde se graduó de la ENSAM (École Supérieure d’Arts Modernes de Paris).
Trabajando en el sector de la ilustración médica durante muchos años, Jean-Luc Maniouloux frecuentaba regularmente los quirófanos de los hospitales parisinos. Más tarde, se dedicaría a la edición, donde el ilustrador confiesa haber descubierto una preferencia por la representación de la naturaleza y los animales. Durante la última década, se ha dedicado por completo y exclusivamente a su práctica artística.
Su serie “Impacts” nació de una primera experimentación aleatoria en la que el artista realizó una pequeña composición que mostraba a una avispa chocando contra un azulejo y agrietándolo. Hoy en día, se despliega en múltiples escenas poéticas y surrealistas.
Estas obras están hechas de placas de vidrio cuidadosamente encastradas en un marco de plexiglás, una técnica singular que da la ilusión de detener el movimiento en su impulso, como una instantánea fotográfica en tres dimensiones. Pero la virtuosidad del artista reside en su capacidad para despertar los sentidos del espectador y convertir esta imagen fija en una obra casi animada: cuando el imaginario estimulado prolonga la acción en el pensamiento, solo hay que prestar atención para percibir el sonido producido por esta colisión…
Al elegir al insecto como personaje central de sus composiciones, un ser a menudo despreciado, el artista opta por un enfoque audaz que se impuso como una evidencia para él. Fue en su juventud, mientras exploraba gabinetes de curiosidades, que Jean-Luc Maniouloux descubrió la entomología, una disciplina que lo fascinó y de la que habla con estas palabras:
“La entomología no es solo clavar insectos en cajas, es tomar conciencia de la increíble riqueza de un mundo a menudo oculto y afectado en los últimos tiempos”. – Jean Luc Maniouloux
Así, la serie presenta insectos que, confrontados con creaciones humanas (bombillas, neones, muros de hormigón, azulejos, etc.), los atraviesan, los rompen, los agrietan… De hecho, los abejorros, las hormigas y otros príncipes y princesas de los microcosmos parecen no preocuparse por los obstáculos impuestos por nuestro mundo fabricado y, sin ignorar ninguna restricción, valientemente abren caminos a través de cada uno de sus aspectos.
Un encuentro con un final surrealista, incluso completamente absurdo, que si bien puede sacarnos una sonrisa divertida al principio, también lleva un mensaje crucial.
Como ecologista convencido, Jean-Luc Maniouloux nos alerta sobre la urgencia climática que no ha dejado de acelerar la desaparición de especies de insectos. ¡Frente a un urbanismo esterilizado, concreto y embaldosado, la naturaleza en peligro finalmente recupera sus derechos! De hecho, donde el impacto podría percibirse como destructivo, se convierte en un movimiento de revuelta liberador, poético y comprometido.
En este sentido, una de sus últimas series titulada “Migration” insiste en el clavo al presentar a familias de hormigas y escarabajos obligados a exiliarse de una tierra calcinada e inhóspita.
Por transposición al ser humano, estas criaturas diminutas y débiles nos conmueven, atrapadas, insinúan el reflejo de un futuro trágico que nos acecha. Pero estas obras también invitan a reevaluar esta fauna bulliciosa: porque si el hombre y el animal llegaran a desaparecer, los insectos probablemente podrían sobrevivir. (Especialmente estas mariposas: una especie que apareció hace 150 millones de años y sobrevivió a la era de los dinosaurios.)