Lidia Kostanek es una artista polaca que reside en Francia desde 2003, año en el que se estableció después de graduarse de la Academia de Bellas Artes de Varsovia.

Su trabajo sobre la identidad femenina, el género y la condición del cuerpo humano cobra vida en esculturas de cerámica a partir de 2013. Presentes en numerosos eventos importantes del arte cerámico, como Terralha (Festival Europeo de Artes Cerámicas, 2016), la Bienal Internacional de Cerámica (Museo de Carouge, Suiza, 2017), Trienal Boleslawiec 2018 (Centro Internacional de Cerámica, Polonia) y C14 (Salón de la Cerámica Contemporánea, París), sus obras salen de los caminos trillados y también se encuentran en escenas de la película “Suspiria” de Luca Guadagnino. En 2019, se incluyó en el libro de referencia “Cerámica, 90 artistas contemporáneos” de Charlotte Vannier y Véronique Petit Laforet, como una de las principales artistas de la cerámica contemporánea internacional cuyas obras interpelan, seducen o perturban.

Sus esculturas desafían y exploran las nociones de feminidad idealizada, buscando inventar una nueva relación con el cuerpo. Rechazan la dicotomía entre la delicadeza y la violencia, la seducción y la repulsión, el placer y el dolor… “¡Mírame!” parecen decir. “No apartes la mirada, aunque no sea cómodo. ¡No estoy aquí para ser bonita, no estoy aquí para cuestionar y complacerte!”

En sus obras, que son bastante surrealistas, inquietantes y transgresoras, se encuentran numerosos niveles de lectura.