A la vez escultor y pintor, Francky Criquet es un artista autodidacta cuyas creaciones son el producto de una pura impulsión artística.

Nacido el 19 de septiembre de 1968 en La Flèche (Sarthe) de un padre martiniqués y una madre de Normandia, proviene de una larga línea de anticuarios.

El entorno familiar que favoreció su afición por los objetos de arte con los que convive a diario, hizo nacer en él naturalmente el deseo de dibujar, pintar y modelar desde muy joven. Es utilizando varios medios de expresión con gran talento precoz, que en 1978 (tenía solo diez años), realizó su primera fresca mural para su escuela primaria. Dos años después, hizo una segunda fresca para su colegio y ganó el primer premio del concurso de la Joven Pintura organizado por la ciudad de Le Mans, y  así vio sus dibujos expuestos en el ayuntamiento de La Flèche.

A los dieciocho años, después de haber trabajado en el taller familiar restaurando y retocando grabados y pinturas, fue a muchos mercados y ferias de antigüedades, donde vendía sus propios descubrimientos y ofrecía sus servicios como restaurador de pinturas antiguas.

Sus horas libres las dedicaba a la escritura (poesía, cuentos…), al teatro y a su propia práctica artística: dibujo, pintura y escultura en cerámica. Sus obras se expusieron en varias exposiciones en Nantes.

En 1995, Francky Criquet se trasladó a Andalucía, donde trabajó en el taller de Julio Fernández Ceballos Montalban, quien se convirtió en su maestro de pintura. Después de un año de aprendizaje, llegó a Inglaterra y allí realizó más de trescientos cuadros que se vendieron más tarde en los Estados Unidos.

De vuelta en Francia, en Maine et Loire, a finales de 1996, se dedicó a la arquitectura y a la rehabilitación del espacio troglodita, cuya instalación había concebido. Al mismo tiempo, el artista continuó pintando y exponiendo en varias grandes ciudades francesas (París, Lyon y Marsella).

Si la fiebre creativa lo anima a diario, convirtiéndose en una parte indispensable de su vida, también se ve interrumpida por presentaciones al público, a los aficionados y a los coleccionistas.

Trabajando en un taller troglodita, como un eco de la dimensión introspectiva de su arte, el pintor crea un universo poblado de criaturas quiméricas, mitad animales, mitad humanas, relacionadas con la mitología y la cultura pagana arcaica (minotauros, toros, pegasos, centauros), que evolucionan en un mundo delineado por grandes círculos negros y realzado por una paleta de colores crudos y brutos.

En sus obras, el gesto está liberado y aparecen siluetas con formas fluidas, entrelazadas unas con otras, como en “Plus de Peinture que de souvenirs” (Un díptico cuya composición no dejará de evocar el famoso Guernica de Pablo Picasso).

Los títulos de sus obras, a menudo en forma de frases o expresiones, resultan tan evocadores como enigmáticos, lo que testimonia el proceso interno del artista y la naturaleza catártica de su arte.

A partir de 2003, sus galeristas organizan exposiciones en Brasil, en la Embajada de Francia en Sao Paulo, así como conjuntamente en los Países Bajos, en Megen y en Italia. Al año siguiente, sus obras se muestran en Nueva York y Miami. De 2005 a 2008, expone regularmente en China, en particular en Shanghái, Pekín y HangZhou. En 2010, sus obras también se pueden ver en Roma, Montefalco y Brescia (Italia). Luego, en 2013, los Archivos Yves Klein le dedican una exposición presentando cerámicas y lienzos. Francky Criquet hablaba con pasión sobre su arte:

“Radicalmente pinto. Es absoluto. Pinto. La pintura no se convierte ni será nunca literaria. El pintor se adorna con colores como una ofrenda. En su ideal único, la idea del arte es sagrada. Por lo tanto, con un amor perfecto y un dolor perfecto, pinto como artista riguroso. Mi talento es formal y no pretende aportar ninguna contribución a la tradición legítima que los talleres de arte quieren transmitir. Soy un autodidacta puro, con sus tendencias, y a veces ciertas influencias… Pero si hay deformaciones, no obtengo mi arte de ninguna herencia y lo proclamo con un dilettantismo victorioso…”

– Francky Criquet